La ciudad de las personas
- Marina Salvador
- 11 abr 2019
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 12 abr 2019
En la calle Josep Anselm Clavé, en pleno centro de Terrassa, se encuentra uno de los bares más conocidos de la ciudad. A mediodía, entre las mesas de la terraza, una mujer ofrece unas pulseras artesanales a cambio de una pequeña voluntad económica. Algunas personas ni la miran. Cuando se acerca, explica que es usuaria de la Fundación Busquets, una importante organización que ayuda a las personas más necesitadas.
Esa mujer se llama Ángela Lavilla, y es el reflejo de una vida marcada por las adicciones y las malas decisiones. Según ella misma relata, ha vivido siempre a la deriva. Su mala cabeza la ha llevado a situaciones muy duras. Sin una vivienda estable, ha pasado la mayor parte de su vida entre los albergues de la ciudad, uno de ellos La Andana, un servicio de acogida ofrecido por la Cruz Roja.
Lleva más de 20 años vinculada a la Fundación Busquets, donde acude para conseguir un plato de comida. A pesar de ser una organización muy reconocida, explica, hay muy pocas plazas en el comedor, y mucha gente se queda fuera. Son muchos los que están en una situación como la mía, cuenta Ángela. Ahora parece que su situación empieza a mejorar, y manifiesta su intención de colaborar como voluntaria en el futuro, lo considera una necesidad: He estado muchos años muerta en vida, ahora lo que quiero es vivir.

A unas calles de donde se encuentra Ángela, se alza un imponente edificio del siglo XX, la sede de la Fundación Busquets. David Carmona, responsable del Programa de Atención a Personas sin Hogar, se ocupa de brindar una atención especializada a personas sin recursos y asegurarles comida, una ducha y una cama.
En el edificio, abren un comedor de lunes a sábado para proporcionar alimento a quienes lo necesitan. Tres cocineras preparan el menú del día, formado por un primer plato, un segundo y el postre. Mientras, un grupo de voluntarios se encarga de terminar de organizar las mesas del comedor, que abre a la una del mediodía.
David explica que el municipio es quien debe asegurarse de cubrir las necesidades básicas de los habitantes, que son la comida, el hogar y la higiene. Cuando una ciudad tiene más de 40.000 habitantes, es necesario que disponga de un comedor social, y en Terrassa, a pesar de que habitan más de 200.000 personas, no hay ninguno. Esta carencia se intenta sustituir con un convenio entre los servicios sociales y la Fundación Busquets, de manera que es el ayuntamiento quien asigna las plazas del centro, en este caso, 50 plazas de comedor, 50 de duchas, y 18 de pisos compartidos.
Cuando una ciudad tiene más de 40.000 habitantes, debe disponer de un comedor social, y en Terrassa, a pesar de que habitan más de 200.000 personas, no hay ninguno
Sabiendo que en la ciudad hay lista de espera para acceder al comedor social, se abre la incógnita de aumentar el servicio en un futuro. Ante la pregunta, David ríe a carcajadas. Tan solo él y otro compañero atienden a las personas sin hogar, unos 70 usuarios diariamente. Esta situación, tal y como relata, es insostenible, y aumentar la capacidad del programa disminuiría la calidad de los servicios que ofrecen. Así nació El Rebost, un centro que pretende unir las principales entidades de distribución de alimentos (entre ellas la Fundación Busquets), para mejorar la calidad de la atención y la coordinación de trabajo.
Terrassa es la la ciudad de las personas, y el hecho de que no haya comedores sociales a nivel municipal deja desamparadas a muchos habitantes. Largas listas de espera para recibir un plato de comida caliente, ponen en peligro los derechos fundamentales de las personas en pleno siglo XXI. De esta manera, profesionales como David, entregados a ayudar a los demás, se ven desbordados, y no pueden evitar ofrecer un servicio con unas prestaciones escasas e incluso insuficientes. Esta situación genera la exclusión de los más desfavorecidos, y personas como Ángela se hacen invisibles ante los ojos de la sociedad.
Marina Salvador Porcel
Para saber más sobre el pasado y el presente de la Fundación Busquets.
Comments